Pensé que me iban a secuestrar

México es uno de los países más grandes para recorrer en el continente americano tiene
alrededor de 200 millones de habitantes, una gastronomía espectacular, una calidad humana
inigualable pero como todo gran país, este también tiene mucho bandido.
Vengo de un país en donde la delincuencia es normal. Las carreteras colombianas están llenas
de bandidos, durante la época de la guerrilla era normal ver retenes ilegales. Se llamaban
pescas milagrosas y eran básicamente retenes de la guerrilla dónde paran a los carros para
ver a quién pueden secuestrar, si tenías suerte te dejaban ir así como podías no tener suerte y
te podían secuestrar.

Durante muchos años viajar en por el país fue imposible. Así que con este conocimiento salgo
yo a viajar por las carreteras del mundo, conociendo estos peligros, pero con la tranquilidad
de saber qué en el mundo hay más personas buenas que malas.

Salgo de Minatitlán Veracruz hacia Puebla una ruta de aproximadamente 8 horas, Llego a un
punto montañoso de doble vía llamado las cumbres de maltrata, ya vamos cómo 5 horas de
viaje y faltan unas tres cuando de repente veo que los carros comienzan a detenerse.
Yo aprovecho para esquivar el trancón y meterme por la mitad de los carros para poder agilizar

el paso, cuando de repente veo dos camiones de gasolina quietos y adelante de ellos no veo
vehículos, así que me asomo por la mitad de los camiones para ver que sucede cuando me
encuentro con unos encapuchados secuestrando a los camioneros y llevándoselos
forzosamente con armas en sus cabezas.

Estoy anonadado, no puedo creer lo que estoy viendo, y enfrente mío se hace un tipo me mira
a los ojos y me apunta con su fusil. Moviendo el fusil de arriba a abajo me hace entender que
me meta por en medio de los dos camiones y me acerque a él.
En este momento tengo dos opciones o hago caso y me acerco al señor o giro el manubrio lo
máximo que pueda y me devuelvo en contravía hasta el último lugar seguro en donde pueda
estar.

Y es ahí cuando hago lo posible por hacer maniobra en U con una moto muy pesada y
comenzar a esquivar carros que vienen en contravía para manejar lo más lejos posible.
Después de unos 5 km llegué a un punto dónde me sentía ya seguro, era como una salida de
descanso, y me quedé ahí esperando que se me bajara la adrenalina. Mientras tomaba agua,
les advertía a las demás personas que no siguieran. Obviamente me veían como un loco,
hasta que vi pasar una patrulla de la policía. Les hice señas y se detuvieron a preguntar qué
sucedía, entre respiros les conté lo que había sucedido y lo que había visto. Me advirtieron
que debía seguir devolviéndome en contravía hasta un lugar más seguro, me dijeron que era
un cartel y que en esa zona era común este tipo de cosas.

Se fueron del lugar preparando sus armas, así que me devolví otro poco y espere hasta que
ya me sentía tranquilo. Pasaron por ahí unos 40 minutos y no quería que me cogiera la noche
allí así que me preparé para seguir y en ese momento vuelve a pasar otra Patrulla de policía
entonces me fui manejando detrás de ellos. Volví a pasar por la zona en dónde estaban los
hombres armados y ya no había nadie, no había rastro de que algo hubiera sucedido.

Las últimas tres horas que maneje hasta Puebla venía pensando lo vulnerable qué puede ser
uno viajando en moto por el mundo, estas son las cosas que pueden suceder, esta es la
absoluta realidad. Pero también entendiendo que esta situación no es común, México tiene
muy buenas cosas para ofrecer como para que mi mente solo se concentrara en lo malo, debo
estar agradecido por estar bien y debo seguir el viaje la misma disposición que antes del
encuentro.

Un par de días después del suceso y de contarle a mis familiares y amigos, me enteré que
muchos clubes de motos estaban cancelando las salidas porque habían secuestrado a un
motociclista y habían robado a más de 10 en el último mes, por el estado de puebla. La
situación estaba fuera de control. Así que se puede decir que corrimos con suerte.


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